
Emmanuel Barot
A comienzos de 2011, año de publicación de este opúsculo en Francia, salíamos de una movilización callejera extraordinaria a escala nacional contra la destrucción del sistema jubilatorio orquestada bajo la presidencia de Sarkozy, que tuvo como resultado una derrota total. La atmósfera de desmoralización que reinaba entonces, a pesar de una serie de luchas obreras emblemáticas pero aisladas en los últimos años, como las de Continental, acompañaba la consolidación de la crisis surgida en 2008. En 2012, Hollande se hizo elegir capitalizando el antisarkozismo y criticando a las “finanzas” (como en su oportunidad, por derecha, Chirac se había hecho elegir con el tema de la “fractura social”), y se benefició con un mandato de cinco años que ha marcado la conversión final de los socialistas franceses a la brutalidad antisocial y antiobrera, especialmente con la Ley del Trabajo en la primavera del 2016, así como con la ofensiva bonapartista con el pretexto de luchar contra el terrorismo. Estos elementos han acelerado la descomposición del Partido Socialista, cuya bancarrota es uno de los hechos notorios de la elección presidencial de 2017.