
Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y
comentadas en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es
miembro-fundador de Espai Marx y
autor de Repensar la política y Praxis política y estado republicano.
— Estamos, seguimos estando en el apartado: "Qué consecuencias debemos extraer a la luz de estas ideas", páginas 54-71 de tu libro. Me olvidé en la anterior conversación. En la nota 13 (no hay muchas en tu libro y las que hay no son muy extensas, otro punto que debemos agradecerte) haces referencia a Lucio Magri y a su último libro ‘El sastre de Ulm, el marxismo del siglo XX, hechos reflexiones’. No te oculto que es uno de los libros comunistas, magníficamente escrito, que más me han conmovido en muchos años. Recuerdo muy bien su presentación en la Universidad de Barcelona, con presencia de Magri al lado de Miguel Candel, Tono Lucchetti y Paco Fernández Buey. ¿Quién fue Lucio Magri? ¿Qué ha significado, qué significa para ti?
Como tú sabes, Magri fue un cuadro político importante del
Partido Comunista Italiano, que tras el debate que se da en ese partido y que
termina con la expulsión de un grupo de cuadros y con la apertura de
expedientes contra otros, sale del partido. Es el grupo que organiza la
publicación de un gran diario comunista de izquierdas, Il Manifesto, constituido por el grupo
que es expulsado o sobre el que se abre expediente por parte del partido. Todos
ellos formaban parte de la izquierda del PCI, y se nucleaban en torno a un
dirigente, que el mismo Magri, en su libro, sitúa en su medida, con delicadeza
pero con claridad, pero que había sido un dirigente que había tenido mucho
predicamento entre la izquierda comunista del momento, Pietro Ingrao. El grupo
de Il Manifesto estaba
formado por personas de gran calidad intelectual.