Clarice Lagos / Tréboles de cuatro hojas
extraviados. Muebles que echan raíces y con su espíritu llenan estancias. Bazares
orientales caribeños. Juguetes miniatura que contienen planetas. Muñecas de
cuerda vestidas de azul que abrazan conejos. Aviones que roban equipajes y a
cambio recompensan amigos. Navidades de castañas asadas, ausencias queridas y
música de oboe. Paraísos de agua salada, paseos por la arena y puestas de sol. Equipos
ciclistas que coronan rodillas y descienden por empeines. Hambres absurdas,
inútiles y presumidas. Peluquerías donde embellecen cabellos mientras arreglan
almas. Días tibios de sol luminoso y días rabiosos de lluvia encendida.
Amores amados cocinados a fuego lento. Mujeres guapas y
valientes de lengua encantada que adivinan verdades y mentiras. Niños de
luz y hadas madrinas que ya conocieron noventa primaveras.