Manuel Canales | La
Historia rural de Chile, de José Bengoa,
es el relato de una fase y el retrato de una cara
fundacional de la sociedad chilena. Es un cuento —de cuatro
siglos— y una forma, hasta con su fórmula propia, que adelanto: la
comunidad de desiguales. Ya por su extensión desmesurada merecerían los
fundos este relato. Pero aquel tiempo infinito fue también el espacio
de una densa sociedad —ya para organizarse en el trabajo, ya para
orientarse en la vida y coordinarse, y como no, para formar el grupo,
el círculo que contiene—. Y la primera entre nosotros. Acaso
su estabilidad cuatricentenaria se deba a esa densidad o consistencia
económica, cultural y política.