
Les señalo de entrada mis tres críticas, menores, muy
menores: Alan Lightman, modesto en general menos en algún desvarió momentáneo
(“La física teórica es la parte más profunda y más pura de la ciencia”, p. 17),
muestra a lo largo del libro su privilegiada ubicación social, sin que hable de
ello directamente, en varios de los ejemplos que usa en sus explicaciones. Tal
vez incluso no sea sólo su ubicación sino su posición político-cultural, su
cosmovisión filosófica y social. Algún apunte crítico, alguna ironía sobre ello
no hubiera estado de más.