
“El derecho a la
autodeterminación de los pueblos no es un anacronismo en esta Europa, en este
mundo; es un derecho democrático básico en una democracia en construcción (y no
habría que tener miedo a decir que ésta, como las demás, es todavía una
‘democracia en construcción’)”. Con esta claridad y contundencia
acostumbraba a expresarse Francisco Fernández Buey. No podríamos calificarle de
nacionalista de ninguna nación. Lo suyo fue, entre otras cosas, el comunismo,
el internacionalismo, la democracia…