
Camilo Alzate | La
culpa puede heredarse de padre a hijo, del pasado al presente. La culpa radica
incluso en no haber tenido la culpa. No hacer nada es otra manera de perder la
inocencia. Así desarrolla Erri de Luca (Nápoles, 1950) la novela
Tú, mío.
Como paisaje la posguerra bajo el estigma del colaboracionismo italiano con los
nazis, del que nadie quiere acordarse. Es un pasado acusador e impertinente.
El joven narrador cifra su primer amor en clave de venganza.
El primer amor es un leitmotiv en la obra de Erri de Luca, se encuentra, por
ejemplo, en Los peces no cierran los ojos. Acá cabe en tono de compromiso
político: enamorarse es una rebelión contra el pasado.