
La culminación de esta saga, junto con su
hermana mayor, Helena, se da en un convento en las afueras de Bogotá. Cada
nuevo espacio, cada nuevo “hogar”, es recordado en su singularidad, con
suficiencia descriptiva. El lector se traslada a la época y lugares, a los
recuerdos vivos de los cuatro y cinco años, lo cual constituye un suceso
extraordinario que la autora le comenta como tal a su destinatario. Si Emma
Reyes nació en 1919, la historia narrada en sus cartas comienza en 1923, es
decir, la década de los veinte y termina en la