

Iñaki Urdanibia / Nombrar al filósofo francés y pensar en un guerrero del pensamiento que continuaba batallando contra la estupidez es todo uno. Para él el quehacer filosófico no consistía ni en temer, i en provocar el temor, o en esperar o hacer esperar con diferentes prédicas, sino en buscar nuevas armas; podría así reconvertirse el dicho spinozista de ni reír ni llorar sino comprender en ni reír, ni llorar, sino en buscar armas para luchar, para descolocar al enemigo.