

Cecilia Macón / La mirada dirigida hacia las clases dirigentes -sus privilegios, el espíritu de cuerpo, la tensión entre su desafío y su sumisión al statu quo- suele encabalgarse entre la fascinación y la desconfianza: cierta crítica irónica a los mecanismos de pertenencia enlazada con los deseos de formar parte de ellas. La publicación simultánea de El Colegio de Alicia Méndez y de la tardía traducción al castellano de La nobleza de estado del sociólogo francés Pierre Bourdieu refieren a un interés académico por la constitución de las élites que intenta -felizmente- desplazarse de esas premisas.